Parkinson de la trivialidad: Sirve para explicar los motivos por los que muchas empresas fracasan debido a que pierden el tiempo en tonterías.
¿Qué es la ley de Parkinson?
Las 3 leyes fundamentales de Parkinson
A lo largo de su carrera Parkinson realizó varias leyes. Las más destacadas son:
- El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización.
- Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos.
- El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia.
Ley de la Trivialidad
¿Por qué se deja todo para el final?
Pensar que se tiene el tiempo suficiente
para la conclusión. Por lo tanto, si no se afronta de inicio acabas por perder el
tiempo, dedicándolo a otros menesteres, porque sabes que hay espacio de
sobras para acabar. A medida que se acerca la fecha límite la preocupación va
creciendo y hasta te puedes sentir culpable de porque no lo has hecho antes.
Hasta entonces todo puede ser una distracción, pero cuando la cuenta atrás
está puesta desaparece todo y te enfocas únicamente en terminar porque queda
poco tiempo. Toda la energía está dispuesta en terminar. A causa de las prisas la
calidad se puede ver afectada.
Creer que no hay bastante tiempo
necesita más tiempo del necesario para completarla, aunque en alguna ocasión
se haya conseguido con menos tiempo. Aunque uno mismo se haya demostrado
que no es así, la creencia inconsciente existe, retardando el inicio.
Demasiada dificultad
postergan el arranque porque no les apetece en ese momento ponerse con un
asunto que se presenta complicado. Por este motivo se alarga al máximo
empezar a hacerlo, afrontándolo cuando no hay otro remedio.
No tener ganas
por cualquier motivo, no apetece realizar la tarea o tomar la decisión. Cualquier
excusa es buena para no ponerse en ello. No hay ganas, ya sea por
holgazanería u otra situación, y hasta que no sea del todo necesario y no haya
otra salida, no comenzará a completar la tarea.
Como superar la ley de Parkinson
completamente improductiva. Y esto va a más si no se remedia. Se trata de ser
eficiente, y no sentir esa adrenalina final porque el momento de conclusión se
acerca y no se está seguro si se llegará a tiempo.
Cada persona debe ser consciente de sus decisiones y si está posponiendo los
plazos para hacer y completar alguna tarea. Este el primer paso. Reconocerlo. A
partir de aquí todo será menos complicado. Ante el síntoma inicial es básico
tomar medidas para que no ocurra. No se debe hacer una mala estimación de lo
que hay por delante, y sí una correcta planificación del trabajo.
Se trata de realizar más en menos tiempo, y no al contrario, de hacer menos en
más tiempo. Optimizar la productividad mejora tu vida y te sientes muy bien
cuando completas un trabajo cuando toca y de manera satisfactoria.
Ten en cuenta una serie de consejos para ser más productivo:
Describe tus responsabilidades
primer paso para afrontar un proyecto sin procrastinar. Desde el principio, y
sobre todo si se trabaja en equipo, deben quedar claros los roles y
responsabilidades de todos los integrantes, que ayudará a prevenir incidencias
en el futuro. Es un elemento que ayudará a ser más ágiles en el trabajo y en la
toma de decisiones.
No acumules tareas
principio y un fin. Cuando se amontonan las ocupaciones se va acumulando el
trabajo y cuesta más terminarlo, porque aparecen desatenciones en la
acumulación de labores que se entrecruzan, que hace que cueste más
completarlas y que se haga una montaña el concluirlas. Es importante saber
priorizar.
Establece límites claros
vida laboral y personal. Las posibles distracciones son múltiples y no tiene que
aparecer ninguna tentación en dejar las obligaciones profesionales para más
tarde, porque hay el riesgo de postergarlo hasta que no haya otra salida.
Divide las tareas y las fechas
que aparezca cierta relajación y que se vaya postergando el inicio, con la
consecuencia posterior de tener que ir con prisas. Para que no ocurra es una
buena idea desglosar el trabajo en tareas y fechas, poniéndose objetivos
recurrentes de terminarlos en los días marcados. De esta manera es más fácil
mantener la concentración y la productividad.
Elimina las distracciones
multitud de distracciones. Estas cortan el ritmo de trabajo, o hasta evitan que
arranques con tus labores. Fácilmente provocan pérdidas de tiempo. Una
llamada, un mensaje de redes sociales o aplicación de mensajería, o un correo
electrónico son solo alguna de las distracciones más fáciles a les que se puede
caer. Pero también una mesa de trabajo sin orden, en la que cuesta encontrar
algo, o continuos trayectos a la nevera para comer cualquier cosa. Todos estos
elementos deben eliminarse.
Créate incentivos
manera de motivarse, sobre todo si el trabajo que tiene que hacerse no apetece
demasiado. Estas recompensas pueden ser de tipo diverso, desde un descanso
a comer alguna cosa, distraerse por unos minutos con las redes sociales o salir
a la calle para dar un paseo. Ayuda a aumentar la disciplina.
Desafíate a ti mismo
es producir un ritmo más rápido, pero sin perder la calidad. La cuestión es no
perder el tiempo ni ponerse presión por asuntos innecesarios, que solo provocan
que las preocupaciones aumenten y se vea afectada la productividad. Ajusta las
fechas límite y comprueba si eres capaz de respetar los plazos con las nuevas
reglas. Si lo consigues la satisfacción será elevada.
Mentalidad para tener el tiempo a tu favor
Para mantener la productividad es de especial relevancia la gestión del tiempo.
Se trata de tener consciencia de lo que hay por delante y hacer una buena
planificación, para que no se alargue demasiado. Piensa en el tiempo que
necesitas para completar el trabajo, no en el que queda para concluir el plazo
delimitado. Esta elección supondrá tener una mentalidad positiva, no tener prisas
ni sufrir estrés, mantener la calidad en lo que se está haciendo para obtener un
resultado satisfactorio, y poder tener más tiempo para dedicarlo a
otras cosas.
Planifica el futuro
posible que aparezca cierta distracción en el objetivo actual porque no queda
determinado lo siguiente que vendrá. Si se sabe, el elemento motivacional crecerá
para completar la tarea con éxito y ponerse manos a la obra para la siguiente.
La productividad será un hecho.
En ocasiones, basta con aprender a guardar silencio cuando sea necesario
para mejorar la productividad de manera inmediata. Esta técnica ha sido
utilizada a lo largo de los años por muchos de los grandes emprendedores de
Silicon Valley, como Tim Cook o Jeff Bezos, y sus efectos son de lo más
interesantes.
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