AUDACIA EMPRESARIAL

“A igual nivel de inteligencia, en la guerra se pierde mil veces más por causa de la timidez que de la audacia”. Karl von Clausewitz.





Es un movimiento instintivo del hombre, delante del cual se presentan unas dificultades que le impiden conseguir algo que puede y desea lograr. El hombre, cuando ve un bien difícil pero posible, lo desea y espera, y ante los posibles obstáculos que se presentan a sus ojos dificultando su consecución, siente un movimiento con pasión de acometerlos con audacia para vencerlo. En esta acepción, la audacia se opone a la pasión del temor, que le hace retraerse ante las dificultades cuando le parecen insuperables, o cuando no le compensan del bien que busca. Naturalmente, la vehemencia de esta pasión depende fundamentalmente de la mayor esperanza del bien: cuando la esperanza de conseguir algo es firme, ésta incita a superar y destruir los impedimentos, y entonces surge un fuerte movimiento de audacia. El concepto de audacia se opone a la previsión y a la prudencia.

Ante los peligros, nuestra conducta puede apagarse al experimentar las verdaderas dificultades; más aún, podría darse una no exacta valoración de la realidad y degenerar el movimiento en temeridad. Se requiere, por tanto, la intervención de la razón para hacer de esta pasión una virtud; una audacia consciente, reflexiva, enraizada en ideas, y no en intuiciones o en simples corazonadas, nacida de la serenidad del juicio. Debemos tratar la audacia por medio de la prudencia, que redundará en un aumento de la fuerza pasional, siempre más recta y más al servicio de grandes empresas.

La audacia, desde la prudencia, debe ser tratada desde la deliberación de la inteligencia, en la que se consideran todos los peligros que amenazan, dentro de las más diversas situaciones hipotéticas posibles, de modo que se dé una justa proporción entre el bien que se busca y los peligros que hay que afrontar; y al mismo tiempo, considerar las fuerzas de que dispone el hombre para vencer esas dificultades.


Mientras más elevado sea el orden jerárquico que ocupa la persona en la empresa, mayor será la necesidad de que la audacia vaya acompañada por la reflexión, nunca en esta situación debería ser la expresión ciega de una pasión sin finalidad, ya que con el aumento de la responsabilidad, se trata cada vez menos de un autosacrificio y cada vez más de la preservación de otros y del bien común de la gran totalidad.

Por tanto, la audacia está entre dos extremos: la cobardía, de un lado, que obligan al hombre, bajo capa de falsa prudencia, a no acometer empresas grandes que llevan consigo dificultades y peligros y, de otro lado, la temeridad, por las que el hombre se arriesga sin necesidad o sin contar con las debidas fuerzas.

Allí donde la audacia encuentre indecisión, las probabilidades de éxito se decantarán necesariamente a su favor, debido a que ese estado de indecisión implica una pérdida de equilibrio.


Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo. Napoleón I.

Dirigir las empresas con audacia, no consiste en ir contra la naturaleza de las cosas, en una clara violación de las leyes de la probabilidad, sino en un enérgico apoyo de esos elevados cálculos que el responsable, con su juicio instintivo, realiza cuando toma su decisión. Cuanto más preste la audacia alas a la mente y a la perspicacia, mayor altura alcanzarán éstas en su vuelo y mucho más amplia será la visión y mayor la posibilidad de corrección del resultado; pero, evidentemente, sólo en el sentido de que a mayores objetivos, mayores serán los peligros.
Un ejemplo de audacia ha sido Fiat por la forma en que desafío la recesión. Ya que no sólo ha conseguido la supervivencia de la empresa, sino también su crecimiento con la adquisición de Chrysler.




Acuerdo entre Fiat y Chrysler para una estrategia global
El grupo italiano y la automotriz estadounidense sellaron una alianza para garantizar su viabilidad
La automotriz italiana Fiat y el gigante norteamericano Chrysler sellaron el 20 de enero de 2009, un acuerdo para crear una alianza estratégica global. Según éste, la casa de Turín se quedará con una cuota inicial del 35% de la empresa norteamericana, en una alianza que no prevé que Fiat tenga que hacer ninguna inversión al contado en Chrysler, ni un compromiso para financiar a la casa de Detroit en el futuro. Las dos automotrices aprovecharán las respectivas redes de distribución.
El acuerdo con Chrysler es "muy importante y útil", dijo Luca Cordero di Montezemolo, presidente del grupo Fiat, que destacó que desde el punto de vista de la empresa italiana "significa poder vender tecnología y acceder a mercados con gran potencial para nosotros, volviendo a llevar marcas como Alfa Romeo y el Fiat 500" a Estados Unidos.
Mientras que, según analistas, Fiat bien o mal logró resistir a la crisis que golpeó durísimamente al sector el año último, Chrysler es el coloso norteamericano de las cuatro ruedas que más está pagando el precio de la recesión debida a la dramática baja de ventas y a la contracción del crédito. Chrysler cerró 2008 con un 30% menos de ventas, recortes de personal y producción, y un préstamo salvavidas de 4000 millones de dólares de parte del gobierno estadounidense para poder superar la fase más aguda de la crisis, recordaron los diarios italianos.
El acuerdo preliminar no vinculante entre Fiat y Chrysler, que será completado en abril, prevé que el grupo turinés tenga acceso a las plataformas de producto y a las fábricas de Chrysler en Estados Unidos, y que el grupo norteamericano asista a Fiat en el desembarco del legendario y renovado Fiat 500 y de Alfa Romeo en el mercado norteamericano. Por otra parte, el gigante norteamericano tendrá acceso a las plataformas de producto Fiat y al soporte de la empresa italiana en la distribución en importantes mercados externos en los que Fiat está presente.
Para Sergio Marchionne, administrador delegado de Fiat, "la iniciativa representa una piedra miliar en el escenario de rápido cambio del sector y confirma el compromiso y la determinación de Fiat y Chrysler de continuar a jugar un rol significativo en el proceso global".
John Elkann, vicepresidente de Fiat y nieto del legendario patrón, Gianni Agnelli, dijo que en el futuro la automotriz podría ir más allá de la cuota del 35%: el acuerdo "es bueno, hay muchas cosas en curso y podemos subir", indicó a la prensa.
Según el Wall Street Journal, el acuerdo mejorará la imagen de Chrysler ante el gobierno norteamericano, que le dio un préstamo millonario; y es una "jugada defensiva para poder sobrevivir en el largo plazo". El mismo diario también destacó que "Chrysler y Fiat son similares, y en algún modo, complementarios. Chrysler opera principalmente en Estados Unidos y tres cuartos de sus ventas están vinculadas con camiones, minivan y utilitarias. Fiat se especializa en autos pequeños o medianos. Las dos empresas se beneficiarían de un mayor volumen de ventas global".
Para Marchionne, quien en 2004 logró salvar a la tradicional compañía turinesa de la bancarrota, "la iniciativa representa una piedra miliar en el escenario de rápido cambio del sector y confirma el compromiso y la determinación de Fiat y Chrysler de continuar a jugar un rol significativo en el proceso global".


Articulo aparecido en www.lanacion.com, el día 20 de Enero del 2.009

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