MINIMIZAR LOS GASTOS. MAXIMIZAR LOS BENEFICIOS. ECONOMIA DE FUERZAS

Será un mal administrador de sus fuerzas quienquiera que las mantenga en lugares donde su adaptación a las actuaciones del enemigo no les dé suficiente destinación,
quien tenga parte de sus fuerzas sin ningún uso ––es decir, que les permita estar ociosas, mientras que las del enemigo permanecen en pie de guerra. Carl van Clausewitz

Economía de Fuerzas: Emplear todo el poder de combate disponible de la manera más efectiva posible; asignar un poder de combate mínimo esencial a los esfuerzos secundarios. La economía de fuerzas es la distribución y el uso juicioso de las fuerzas. Ninguna parte de las fuerzas deben ser dejadas nunca, sin un propósito. El empleo del poder disponible de combate para tareas tales como ataques limitados, defensa, retrasos, engaño, o incluso operaciones retrógradas se tiene que sopesar en relación a conseguir la masa en otro lugar del campo de batalla en el lugar y momentos decisivos...Principio militar del ejercito de EEUU

Mediante este principio tenemos que tener claro, como evitar un derroche de fuerzas en objetivos secundarios que no persigan el objetivo estratégico marcado, y por el otro lado, evitar tener recursos inactivos.


Este principio busca cumplir con el objetivo con el mínimo esfuerzo posible, lo que se logra distribuyendo inteligentemente los medios propios para aprovechar su mayor rendimiento. Es saber repartir y atribuir racionalmente las disponibilidades.

Para conseguir este principio, debemos cumplir previamente, a saber:

a) Corolario de la concentración: Nunca se es suficiente fuerte en el lugar decisivo. El punto en que se busca la decisión- llamado el punto clave- requiere la mayor concentración de medios posibles. De obtenerse allí un resultado satisfactorio, el resto se logra por añadidura.

b) Corolario del apoyo mutuo: Las acciones deben coordinarse de suerte que se potencie el efecto total. El mejor rendimiento de las fuerzas se obtiene mediante el apoyo mutuo y la coordinación de tareas.


d) Corolario de la conservación de los medios: implica no malgastar los medios
de que se dispone, usando solamente los imprescindibles y necesarios. Se deben conservar los restantes para su empleo posterior. Esto posibilita la libertad de acción.


En el mundo de la empresa, debemos repensar la estructura de costes siempre desde la perspectiva del modelo de negocio. Discriminar qué actividades aportan valor a la compañía y en cuáles se pueden minimizar esfuerzos. Se trata de centrarse "no sólo en las ventajas operativas que mejoran el margen y el flujo de caja a corto plazo, sino también en el fomento de las de tipo estructural que permitirán la diferenciación y el alto rendimiento a largo plazo”, mediante una hoja de ruta:

1. Tener claros los objetivos de su empresa: Saber hacia dónde vamos y qué queremos lograr es fundamental para destinar los recursos necesarios y no gastar en exceso. Es importante establecer metas realistas que vayan de acuerdo a los ingresos y posibilidades de su negocio.
2. Establecerse plazos: Si los objetivos no se consiguen en un plazo x, piense en algunas alternativas o en cuál sería la solución más solvente para su empresa. Tal vez el negocio no está teniendo el efecto esperado, pero no se está dando cuenta.
4. Priorizar objetivos: ¿Tener una nueva sucursal o lanzar un nuevo producto? Son aspectos que en el momento deberá tener la capacidad de resolver teniendo en cuenta los recursos con los cuales cuenta su empresa. Recuerde que su empresa debe estar siempre reaventándose, por lo que no saca nada con abrir una nueva oficina si está vendiendo los mismos productos de antaño. Piense entonces que gran parte de su ahorro deberá invertirlo correctamente en nuevos productos o proyectos.
5. Política clara de compras. Aprovechar descuentos y ofertas: Tal como lo haría en el día a día, muchas veces deberá pensar en optimizar recursos comprando maquinaria y tecnología para su empresa cuando realmente conviene. Lo mismo si desea viajar o ampliar la infraestructura de su negocio. En este mismo punto, la capacidad para negociar con sus proveedores es fundamental para obtener costos menores, pero que no descuiden la calidad de los productos.

6.- Establecer procesos para reducir gastos de estructura, como por ejemplo tareas que pueden ser eliminadas, centralización de las tareas corporativas, reducción del personal indirecto.

7.- Externalización de tareas varias, externalización de procesos puramente administrativos como la nómina o la administración de personal a través de un servicio de outsourcing, traslados y/o desplazamientos de los empleados, para conseguir foco en las áreas críticas más relacionadas con el negocio, etc.

8.- . Implantación de planes de retribución flexible La implantación por parte de la empresa de un plan de retribución flexible tiene como resultado ventajas fiscales, y ahorro de impuestos para la compañía y para los usuarios del mismo. Además, estos planes incrementan la imagen y el atractivo de las empresas para la captación y retención del talento.
Cuando el entorno económico se pone feo, las empresas deben realizar adaptaciones propias dentro de su negocio y su política comercial que favorezca mantener o incrementar los ingresos a la misma vez que sus clientes disminuyen su intervalo de gasto.
Esta frase es digna de encaje de bolillos y pasa por una disminución de costes en todo el proceso productivo, y que estas disminuciones se vean reflejadas en el precio final que se le presenta al cliente.
Estas políticas de reducción de costes en la cadena de producción las está llevando a cabo Mercadona y todos los que hayamos visitado algún establecimiento de la cadena lo habremos notado perfectamente con sólo mirar sus estanterías.
Las líneas de actuación que han llevado a cabo son las siguientes:
• Readaptación del catálogo de marcas para el mismo producto. No tiene sentido mantener 68 marcas distintas de leche cuando realmente sólo venden 10. Disminuyen costes de stock, almacenamiento, plazos de retorno, caducidades en compras…
• Abaratamiento de los costes de embalaje y empaquetado. Vuelven a la venta de la fruta a granel, eliminan el satinado en muchas cajas de cartón, disminuyen el grosor de los plásticos en botellas y otros recipientes.
• Adecuación de los volúmenes de los productos a los realmente demandados. En una serie de vinos, por ejemplo dejan de presentar envases de 3/8 de litro puesto que su precio unitario por litro es mucho más caro que si sólo presentan envases de 3/4.
En definitiva, se decantan por mantener una relación calidad/precio por los productos acorde con las políticas restrictivas de consumo que presentan las economías domésticas. Este cambio en su estrategia comercial lleva aparejada una revisión de acuerdos con sus proveedores y una puesta en común de objetivos. Sinergia empresarial en estado puro.

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