DOMINA A TU COMPETENCIA: EL ARTE DE LA GUERRA SE BASA EN EL ENGAÑO

Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.

Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.

Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo.

Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega. Sun tzu




Sobre este enfoque y considerando la simplicidad del contenido del arte de la guerra, podría entenderse, tomando textuales las palabras de Sun Tzu al decir: “El arte de la guerra está basado en el engaño” que la manera de competir radica en confundir a la competencia; pero si se agudiza el estudio en la filosofía que involucra éste arte, puede leerse en palabras del mismo autor que: “La excelencia suprema en el arte de la guerra es atacar los planes del enemigo”, no dice atacar al enemigo, por el contrario plantea: Trata bien a los cautivos y atiéndelos. Esto se llama ganar una batalla y convertirse en el más fuerte. Cada uno de estos enfoques, descubren una visión diferente al engaño como forma de competencia.

A simple vista, parece esta visión, una manera cruel y poco ética de entenderse con la competencia, pero profundizando en el análisis, el mismo autor plantea: “Por tanto aquellos que son duchos en el arte de la guerra, atraen al enemigo al campo de batalla y no se dejan llevar ahí por él” Sun Tzu. En otras palabras, señala que los elementos esbozados no son otra cosa que saber aprovechar la ventaja y hacer que la competencia, se enfrente en el momento y el lugar que se elija. Dominar a la competencia de esta manera es lo que Sun Tzu quiere decir cuando habla de engañar.

La estrategia debe buscar atacar no solo los recursos de la competencia, sino, ante todo, la mente de sus gerentes y estrategas, sus procesos de pensamiento y la voluntad de su equipo directivo. Por lo tanto, se requiere del uso de acciones directas e indirectas; como herramientas claves para influir en la percepción, las emociones y los actos de los ejecutivos de la competencia.

No habla de haber acabado con la competencia, ni de prácticas desleales, sino, de competir en un terreno que garantice mantenerse rentable y atractivo para los clientes en el tiempo.

Por lo tanto, según los enfoques analizados hasta ahora, del arte de la guerra y la estrategia, la invitación que se hace a los gerentes de hoy, consiste en salir de su torre de marfil, y mirar su entorno, para sumergirse en las realidades del mercado, interactuar con sus clientes internos y externos y crear una intención estratégica, que no es cosa distinta que crear un punto de vista con respecto al futuro; además de invitar a la competencia a participar en terreno conocido para asegurar el éxito, sin incurrir en prácticas deshonestas ni desleales.


Poseer objetivos alternativos le permitirá obtener un objetivo. No deje que sus acciones revelen sus objetivos, esto pondrá a su oponente entre la espada y la pared. Mientras que con un solo objetivo, excepto que el enemigo sea netamente inferior, significa que no lo ganará, ya que no existe incertidumbre a cerca de su objetivo. Es un error común confundir la elección de una sola línea de operación, que es usualmente una decisión sabia, con el objetivo único, que es usualmente inútil.
La desinformación estratégica, debe contener como objetivos dominar la mente del consumidor y de los gerentes de la competencia, por un lado, debilitar la percepción de los consumidores tienen sobre los productos de la competencia, por otro lado, ganar el apoyo de los consumidores sobre nuestros productos, y por último, desmoralizar a nuestra competencia.
Más que para otro tipo de acciones, las operaciones de desinformación deben ser planificadas y coordinadas a un nivel superior.
En 1995 Hewlett Packard lanzó un ataque publicitario argumentando que la computadora AS/400 de IBM era un producto que había llegado a su final, ofreciendo precios de descuento para atraer a los clientes a sus propios productos. Bajo el nuevo liderazgo de IBM encabezado por Lou Gerstner, la empresa no se
quedó tranquila y contraatacó con un aviso publicado en los diarios más populares, comparando su producto con el de HP. Las nuevas características hacían de IBM una opción más interesante para el consumidor. Hewlett Packard salió perdiendo ya que aún no estaba lo suficientemente listo como para ser el producto más deseado por todos.

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