UN LIDER SE MIDE POR LAS DECISIONES QUE ES CAPAZ DE TOMAR



"La mejor decisión que podemos tomar es la correcta, la segunda mejor es la incorrecta, y la peor de todas es ninguna." - Theodore Roosevelt


 Si bien es cierto que un hombre se mide por sus acciones, un líder puede medirse por las decisiones que es capaz de tomar


Es una tendencia natural el no tomar decisiones. Cuando decidimos podemos equivocarnos y esto no nos gusta por lo que en la mayoría de situaciones preferimos dejar las cosas como están. Pero esto es un autoengaño, pues dejar las cosas como están es ya tomar una decisión de modo pasivo e inconsciente.

No porque no tomemos decisiones van a dejar de ocurrir cosas. Lo que pasa es que no nos sentiremos responsables de esas cosas que ocurren y por tanto, tampoco nos sentiremos culpables. Pero evitar decidir es evitar tomar las riendas de nuestra vida y dejar que los acontecimientos u otras personas decidan por nosotros.

Además sucede que al decidir las cosas nos pueden salir bien o mal, y el impacto subjetivo que tienen las posibles consecuencias negativas de nuestras decisiones es muy superior al impacto que tienen las posibles consecuencias positivas, por lo que al final acabamos dejando las cosas como están. Acabamos no haciendo nada.

Entre los factores que los especialistas señalan como propiciadores de la indecisión, están:
  • Indeterminación. Puede ser respecto a la precisión de los objetivos (resultados) esperados, las estrategias y medios para alcanzarlos, los recursos disponibles, entre otros.
  • Insuficiente información. Sobre los antecedentes del problema, experiencias anteriores, factores propiciatorios (causas subyacentes) y, principalmente, sobre la situación futura del entorno y resultados esperados.
  • Inoportunidad. Considerar que el momento y las circunstancias no son las mejores para adoptar una decisión.
  • Sensación de precipitación o improvisación. Falta de seguridad, percepción de que el problema no está suficientemente “maduro” para atacarlo.
  • Desorganización. Imprecisión de roles en una estructura, dispersión de documentación relevante, ausencia de políticas y procedimientos.
  • Temor al fracaso.


Pues no. Hay que abordar proyectos, debemos ser proactivos. Debemos estar preparados para que algunas cosas salgan mal. Y no pasa nada. Seguimos adelante y ya está. Solo no fracasa el que no acomete nada. Ánimo y a perder el miedo a tomar decisiones.

Es frecuente oír a gente joven la expresión “yo hago lo que me da la gana, que para eso soy libre“. Y aunque la gente más adulta no lo expresan de esta manera, muchos actúan según esa convicción. Pero esto es una tontería, ser libre no consiste en hacer lo que a uno le da la gana.

Efectivamente, siempre podemos escoger la alternativa que queramos, entre las que tenemos disponibles, pero una vez escogida, las consecuencias vienen dadas con nuestra elección. No las podemos escoger nosotros. Yo he vivido muchos años en un piso 14 y cada mañana podía escoger si salir de casa por el ascensor o por la ventana. Pero una vez elegido el modo de salir, las consecuencias estaban fuera de mi control.

Decidir bien consiste en sabiendo qué es lo que queremos conseguir, escoger la acción que nos lleva a conseguirlo. Si yo quiero ser ingeniero la cuestión es qué cosas tengo que hacer para llegar a ser ingeniero. Si en aras a mi libertad hago lo que me da la gana en cada momento, entonces difícilmente llegaré a ser ingeniero.

Decía que decidir bien consiste en sabiendo qué es lo que queremos conseguir, escoger la acción que nos lleva a conseguirlo. Pero hay un problema. A veces no sabemos qué es lo que queremos. Pensamos que queremos una cosa y al cabo del tiempo, quizá años, nos damos cuenta que realmente no queríamos eso. Uno puede estar muy centrado en su trabajo profesional descuidando sus obligaciones familiares y descubrir al cabo de unos años que profesionalmente ha llegado a donde ha llegado y que también su cónyuge le ha dejado. Uno se da cuenta que no era eso lo que quería, pero ya es tarde.

Ser libre significa que uno puede escoger lo que quiera entre las alternativas disponibles, pero no significa que haya escogido bien por mucho que haya escogido eso apelando a su libertad.

Ejercer la libertad entraña una gran responsabilidad. Una vez me preguntarom Miguel Angel, ¿qué es para ti educar? y después de pensarlo respondí educar es enseñar a ejercer la libertad.
Ejercer bien la libertad requiere conocer la verdad. Ejercerla mal es muy fácil. Si uno no conoce la verdad de las cosas, difícilmente uno puede escoger lo que es bueno. Preguntado Juan Pablo II si tuviera que quedarse con una frase del evangelio ¿con cuál se quedaría? Contestó sin vacilar “la verdad os hará libres” de San Juan.

Nada es tan difícil como tomar una decisión” Napoleón Bonaparte

Un proceso “racional” de toma de decisiones debe considerar cuatro factores:
  1. El problema,
  2. Las causas,
  3. Alternativas de solución y la,
  4. Implementación y control.

 “Ten en cuenta que tus decisiones tienen consecuencias”. Efectivamente parece una tontería, pero demasiada gente no sabe que las decisiones tienen consecuencias.

Tomamos decisiones para resolver algún problema o lograr algún objetivo, y pensamos que una vez resuelto el problema o logrado el objetivo el asunto se ha acabado. Pero resulta que nuestras decisiones además de lograr o no lo que pretendíamos tienen otras consecuencias que no habíamos previsto.

Cuando los responsables del Titanic decidieron navegar a toda velocidad para llegar a Nueva York un día antes y callar así las críticas que decían que era un barco lento por lo grande y pesado que era, no cayeron en la cuenta que podían chocar con un iceberg. Cuando cometo una injusticia con un colega, de la que salgo beneficiado, quizá no caigo en la cuenta que el resto de compañeros van a intentar no tener que tratar asuntos conmigo. Cuando no atiendo a un alumno con suficiente interés no me estoy dando cuenta de que me convierto en un mal profesor. Si por pasarlo bien en el coche aprieto el acelerador demasiado….

Cuando tomamos decisiones no tenemos que prestar atención solo a lo que pretendemos conseguir con nuestra decisión, sino también a todo tipo de consecuencias queridas o no que se puedan derivar de nuestra decisión, tanto a corto como a largo plazo.

Basado en textos de M.A.Ariño


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