5 situaciones donde lo mejor es permanecer callado en el trabajo

 En ocasiones, guardar silencio durante una reunión o conversación de trabajo es la mejor opción para no salir mal parado…

“Más vale buen callar que mal hablar”. El refranero español sirve para ilustrar en una frase una de las grandes virtudes que puede aplicarse al ámbito del trabajo. Aunque no lo parezca, el silencio es una de las cualidades que pueden servirte para mejorar la productividad y optimizar la toma de decisiones en tu empresa.

Esta técnica, llamada por algunos “la regla del silencio”, lleva años siendo utilizada por grandes emprendedores como Jeff Bezos o Tim Cook en sus reuniones de trabajo. Se trata de un recurso tan simple como efectivo, que consiste en dejar pasar uno segundos antes de intervenir en una conversación para pensar bien lo que se va a decir y que el mensaje llegue al destinatario con mayor eficacia.

En ocasiones, parece que la única forma de destacar en el trabajo es intervenir en todas las reuniones, independientemente de si se tiene algo que decir. Pero, en realidad, esta filosofía puede llegar a provocar todo lo contrario, que quedes como un inepto o algo peor si tu interlocutor se da cuenta de que está hablando por hablar.

Para que no te ocurra esto, te presentamos una lista con 5 situaciones en las que es mejor que guardes silencio en el trabajo.


Si no tienes conocimientos sobre un tema

Cuando se desconoce el tema sobre el que se está hablando en una reunión de trabajo, lo mejor es guardar silencio. Puede parecer algo evidente, pero algunas personas intentan mostrar su opinión como “truco” para evitar parecer alguien incompetente. De manera habitual, consiguen todo lo contrario.

Para hacer una crítica no constructiva

En ocasiones, las ideas de los demás pueden generar rechazo por diferentes causas: egos y envidias, una animadversión personal por un compañero de trabajo, falta de motivación… En estos casos, lo mejor es permanecer callado en lugar de ofrecer una crítica no constructiva que pueda generar un conflicto dentro del equipo. La toxicidad es un verdadero freno para la productividad de las empresas, por lo que conviene dejar tu ego a un lado y guardar silencio.

Cuando el debate se convierte en discusión

En algunos momentos, un debate acalorado con un compañero de trabajo puede convertirse en una discusión personal en un momento. Si se da esta circunstancia, lo mejor es que des un paso atrás y decidas guardar silencio. Este tipo de situaciones no suelen ser cómodas para el resto del equipo, y podrían perjudicar al buen ambiente laboral más de lo que piensas…

Cuando aburres a la gente

Una de las situaciones posibles cuando realizas una presentación de trabajo es que aburras a tu público. Esto puede generar momentos de lo más incómodos, por lo que debes estar pendiente del estado de ánimo de tu audiencia para decidir cuándo conviene dar un paso al lado y guardar silencio. 

Cuando tu interlocutor está casi convencido

En ocasiones, lo más conveniente es que los demás lleguen por sí mismos a las mismas conclusiones a las que has llegado tu. Si es tu caso, mantenerte callado si observas que tu interlocutor está argumentando en la dirección que te conviene es una fórmula de lo más útil. Como decía el expresidente de Estados Unidos Harry Truman, “una persona puede lograr casi cualquier cosa si no le importa quién se lleva el crédito”…

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